jueves, 7 de noviembre de 2013

Colosos


Y el huracán encontró por fin a la alta torre que desafió su poder.
Y no hubo silencio que precedió a la tempestad.
Solo gritos ahogados y palabras perdidas en saliva y sudor.

Todo parecía posible, menos encontrarse.
El tiempo les quitó la razón.

"Senda estrecha, inevitable choque."

Dos colosos en llamas,
tenían que estrellarse o abatirse,
romperse o arrancarse.

Piel y huesos, carne tibia, chocándose sin control.
Llovizna de otoño, media sonrisa,
y vuelta a casa.

Vencedor y vencida,
quizás la próxima vez...



lunes, 13 de mayo de 2013

Un silencio por mi mito.

Lo tenía claro; el peor de los silencios era el del dolor.
Peor que el de la vergüenza, que el de la derrota, la indiferencia o el de la duda.
Un silencio que en realidad se moría por gritar amargamente hasta que su intenso timbre, se quedara para siempre alojado en forma de pitido en los oídos.

Nunca se debe subestimar el poder del dolor.
Nunca se debe confiar plenamente en alguien.
Nunca sabremos toda la verdad.

Mi mito se golpea, y por cada golpe, la que sangra soy yo.
Mi mito se erosiona, pero la que se rompe en mil pedazos soy yo.
Mi mito desaparece y mi dolor es tan insondable que ya no soy, ya no existo, ya no.


Y si sigues el rastro de sangre, oirás ese silencio inducido, ese dolor ahogado, por la pérdida de mi último mito humano, al que siempre buscaré por si algún día vuelve a nacer.



miércoles, 20 de marzo de 2013

Antes de que apague la luz

Mírame bien.
No es una orden, es casi un ruego.
Mírame y no apartes la vista.
Nunca me fiaré de alguien que no me sostiene la mirada.
Cada vez que pestañeas no puedo evitar lamerme los dientes.
Cada vez que siento que me miras de reojo, me muerdo el labio y tú como castigo endureces la mirada.
Siempre tan desafiante, tan excesivo; el reflejo de aquello que se odia, se admira, se rehuye y se desea con miedo.
Tan diferentes, tan iguales, tan perfectos que a la fuerza debemos acabar el uno con el otro. Y será para siempre.
Tú lo sabes y yo también.
Pero no dejes de mirarme y sonríe para mí.
Hazlo rápido, antes de que me canse y apague la luz.
Ven y refleja aquello que solo tu puedes ver.
Sé que conoces muchas cosas que me muero de ganas que me descubras.
Sé que sabes que tu existencia es más que una obsesión para mi.

Del mismo modo que sabes  que no pienso parar hasta que me odies a muerte por quererme.
Pero por favor, no dejes de mirarme así.








Pd: Muchísimos ojos en un mes han pasado por aquí y me han mirado. Eso es que se esta corriendo la voz. Y si más desnuda que de ninguna otra forma posible me queréis ver, suerte.

lunes, 11 de febrero de 2013

La aleación de lo imposible


Llena de rabia, esboza una amplia sonrisa.
Con los ojos llenos de lágrimas, mira al frente y culpa al frío invierno.
En el fondo sabe, que por mucho que rabie y patalee, ya nada será lo mismo.
Piensa en su sonrisa y sus miradas de reojo.
En como todo parece desaparecer y carecer de sentido cuando la mira.
Se ha marcado un punto y aparte a su paso, una brecha abierta en la tierra, un grito ahogado de felicidad en su descontento.

Cuando el lenguaje se les quedó pequeño, lo tuvieron que inventar.
Cuando las paredes parecían menguar, las hacían temblar.
Cuando todo parecía hundirse, se sumergían y lo sacaban a flote.

Porque si ella se escapa, perdida en sus propios pasos, él siempre irá a buscarla.
Porque si él cae, ella siempre estará para cuidarlo y ayudarlo a levantar.
Porque en la aleación de estos dos imposibles, encontraron algo tan perfecto que solo ellos podían manejar.

Sin control.
Sin medida.
Sin final.



domingo, 27 de enero de 2013

Mil veces


Y ahí están.

Por un lado, un corazón poderoso que incluso sumergido en las aguas más oscuras, palpita tan fuerte que levanta oleajes.
Siempre ahí, tenaz, firme, testarudo y sobretodo incansable.
No importa si se le maltrata o abandona. Congelado o carbonizado, seguirá latiendo.
Tan indomable y a la vez sereno, como la persona a la que pertenece.
El amor y el respeto es el único lenguaje que entiende, puede permitirse el lujo de elegir quien se acerca a él.
Quizá el secreto para poseerlo es no intentar doblegarlo, no es domesticable, ni entiende de cadenas o  anclajes.
Tan necesario como respirar.


Y por el otro, está un corazón inexperto, calcinado por sus propias ansias de inmolación.
Tan difícil de encontrar que muchas veces se le dio por perdido.
Demasiado inestable para si quiera intentar comprenderse a sí mismo, demasiado pasional para acordarse algunas veces de latir.
Cuando algo le asusta, arrasa con todo a su paso con tal de no sufrir. No es posible manejarlo sin poner en riesgo aquello que más proteges.
Y quizá la única manera de poseerlo es superándolo, apretarlo y no soltarlo, enseñarle todo lo que se pierde en sus estallidos.
Tan hermoso como el exceso.

Y ahí están.
Tan inexplicable como inevitable, tan arriesgado como magnífico.

Arrullado y protegido por la serenidad y la perfección de cada movimiento, el corazón de fuego se olvidó de explotar y se limitó a arder para él. Mientras que él latirá una y mil veces por los dos.

martes, 22 de enero de 2013

Rojitas



Tengo ronca el alma de quererte,en esta soledad llena que me ahoga. 
Tengo los ojos llenos de luz de imaginarte, 
y tengo los ojos ciegos de no verte. 
Tengo mi cuerpo abandonado al abandono, y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte. 
Tengo la voz tosca de hablar con tanta gente,
y tengo la voz preciosa de cantarte. 
Tengo las manos agrietadas de la escarcha, 
y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte. 
Tengo soledad, luz, alegría, tristeza, 
rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas... 

Y también te tengo a ti, preciosa, 
caminando por las venas con mi sangre.