miércoles, 5 de diciembre de 2012

El vendaval


Y de repente llegó, como una fuerza imparable; con un atractivo animal, con la mirada insidiosa y la sonrisa perfecta.
Revolviendo, desmantelando y creando un caos perfectamente equilibrado a su paso.
Y nadie se podía imaginar lo que sucedería después.
Ni siquiera él, que presume de saber las cosas antes de que sucedan, de controlar cada situación y modelarla a su antojo, esto se le escapa, pero no lo asumirá.
Demasiado vanidoso para mostrarlo, falsa modestia que se desmorona a su paso, nadie se lo cree, ni siquiera él.
Ese vendaval que todo lo arrastra, destruye y marca para que ya nada vuelva a ser lo mismo. El que no contempla arrodillarse para después levantarse con más poder.
Orgullo despiadado, mente subversiva, más le vale creer.

Y pienso dejarme arrollar, consentiré que me arrastres y me destroces, observando cada movimiento de mi propia destrucción con enfermizo interés.


Algunas veces hay que saber perder para poder ganar...


5 comentarios:

  1. Las batallas no ganan las guerras.Como bien dices hay que perder algo, para ganar algo mayor.
    Me encanta!!!
    Miles de besos!!!!

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  2. seria tan feliz de ser para quien escribes,es tan intenso siempre.no pares

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  3. dafuk¿ que te destruya? estarías preparada,mira que no te veo

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    Respuestas
    1. Será entonces que no me conoces Saúl (de hecho es una realidad) pero estaría dispuesta a eso y más por conseguir lo que quiero.

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