miércoles, 22 de febrero de 2012

Carta a la amada inmortal








Mi ángel, mi todo, mi otro yo.


Hoy solo he podido escribirte unas líneas a lápiz, el tuyo…


Hasta mañana no sabré con seguridad donde voy a alojarme,
siento que vivir así no tiene sentido ¿por qué este profundo pesar? si estuviéramos
juntos dejaríamos de sentir este amargo dolor.


Allá donde voy, tú estás conmigo. 

Pronto viviremos juntos y
que hermoso será…


Tengo que verte, por mucho que me ames, yo te amo mas. Nunca
te escondas de mí.


Mientras estoy en el lecho mis pensamientos vuelan hacia ti,
mi amada inmortal; algunos son felices, otros tristes, con la esperanza de que
el cielo nos escuche.


Solo puedo vivir enteramente contigo o no vivir.


Sí, así debe ser.


Ahora debo irme a dormir, cálmate amor, hoy, ayer…cuanto he
llorado mi anhelo por ti.


Tu eres mi vida, mi todo; ahora me despido, sigue amándome.


Siempre tuyo, siempre mía, siempre nuestros.


Ludwig Van Beethoven.








Hay hombres irrepetibles...hay sentimientos tan profundos, que trascienden el tiempo y todo lo que se interpone en su camino. Hay amores inmortales... y este fue uno de ellos.


En cada letra, se palpa, se percibe y saborea la tortura constante y la fuerza de ese amor, que vencido por las circunstancias dejó un legado de sueños rotos y promesas sin cumplir; pero que también dejó el listón demasiado alto para los nuevos amantes y su concepto del amor, pues yo creo que ya no existe ni existirá el amor inmortal.



Y esto no deja de ser una petición desesperada de que alguien consiga sobrepasar mi tozudez y me demuestre que me equivoco. Nada me gustaría más...

viernes, 17 de febrero de 2012

El enemigo



Me miras con las manos escondidas tras la espalda y piensas que opinaré.

Piensas que te lo mereces, que no podrías encontrar la paz de otro modo, que esa sensación dolorosa y pegajosa debemos compartirla los dos.

Castígame, te lo consentiré.

Expulsa a tus demonios enseñándoles tu sangre, haz que huya, que te teman precisamente más a ti que a nada ni nadie; como lo hago yo.

Masacralos.

Y cuando el cielo se tiña de rojo, al igual que mis ojos y tus manos penitentes, volverás a ser el perfecto enemigo, el de todos, pero principalmente el de ti mismo.

Pero descuida, yo siempre estaré allí para lamer tus heridas.

miércoles, 15 de febrero de 2012

JP: Sientes como se acerca.











Ocho años son muchos...y es un secreto que llevo guardado junto a mí demasiado tiempo. Eres con diferencia uno de los mejores escritores que he conocido y que he tenido el placer de leer. Contigo he llorado, pataleado, me he exicitado hasta el punto de que mi cuerpo se ha negado a obedecerme, he soñado, reído, suspirado...sabes que todo eso viniendo de mi son palabras mayores.


Sé que ha sido una guarrada muy típica de mí, mentirte y decirte que lo detestaba y me aburría, que te dedicaras a hacer dibujitos, que no vaías...todo mentira, me gustaba demasiado para reconocerlo; ya me conoces. Pues bien, de ahora en adelante y cuando menos te lo esperes y a mí más me apetezca subiré con o sin tu permiso cosas que me has escrito a y solo a , para hacer estremecer a toda la gente que lee mi blog.


A ellos, os deseo que disfrutéis y que mmm sintáis lo mismo que yo, a tí mi chico triste que miraba el infinito te diré simplemente que te quiero.





Sientes como se acerca, cada vez más caliente, más húmedo.
Cierras los ojos con el objetivo de aumentar la sensibilidad en tu piel.
Intentas concentrar tus sentidos en el puro placer. Te mueres tan solo de
imaginarlo.


 


Empieza justo en tu comisura de tu boca, casi tienes que
esforzarte para sentir el roce de los labios ajenos. Ni si quiera sabes si esa
sensación existe o la estás imaginando. Se desliza hacia tu cuello, dibujando
tus pómulos. Se vuelve más real y calida, y aun es mejor cuando escuchas el
jadeo que inevitablemente se escapa del objeto de tu placer. Acaricia tu cuerpo
con sus manos y sabe como hacerlo. Te envuelve por completo.


 


Siluetea en tu cuello arrastrándose hacia tu pecho. Eróticos
movimientos impulsados por la propia excitación invaden tu cuerpo, lentos y
sinuosos. Sientes su cuerpo sobre el tuyo a intervalos desiguales y caóticos.
Perfila tus pezones con su lengua. Y se detiene a jugar con tus sensaciones.
Notas como su aliento rediseña tu cuerpo, lo convierte en silueta del placer.
En la manifestación corpórea de algo precioso y prohibido.


 


Quieres entrar. Lo necesitas. Y ella quiere sentirte desde
dentro, pero alargas la espera jugando con el deseo, arriesgando el poco juicio
del que ya no puedes hacer gala. Sin darte cuenta ha llegado hasta tu vientre.
Tu respiración se entrecorta, no importa cuanto te esfuerces en intentar que no
note la excitación que te corroe.


 


Posa sus manos sobre tus caderas y mientras la calida y
morbosa caricia se desliza, más abajo desde tu ombligo hacia tu cadera,  atrae con fuerza tu pelvis hacia sus labios.
Sigue el camino que lleva hasta el centro nervioso de tu delicia. Más cerca del
animal que de tu humanidad, tu sexo es suyo.

domingo, 12 de febrero de 2012

Miénteme





Aprietas los dientes.

Y yo me abro paso.

Te oigo pensar, lo haces de forma agónica.

Tus pesadillas se zambullen en sudor y gritos ahogados que saben a mí.

No te atreves ni siquiera a abrir los ojos, la realidad en la que yo estoy aunque haga que te retuerzas de dolor, siempre será mejor que una en la que no esté yo.

No necesito ver como empiezas a sudar, como ese sudor frío te hace estremecer, no necesito verlo pero me encantaría hacerlo.

Tus venas palpitan y tu corazón se acelera.

Desobediente.



Hoy lo he vuelto a hacer.



Sé tantas cosas que jamás te diré. Y te diré tantas cosas que nunca pensaré en realidad, que la línea que delimita la verdad de la mentira, la realidad de la ficción, quedará desdibujada y manipulada entre mis manos.

Al igual que tú.

Pero tú, miénteme, dime que estarás siempre a la altura, que no te rendirás, que con cada golpe te fortalecerás y como un fénix, resurgirás de tus cenizas cuando yo te prenda fuego. Miénteme porque sabes que lo deseo. Y a fin de cuentas, es lo único que importa.

Y cuando más cerca estemos de fin, lo volveremos a hacer...




lunes, 6 de febrero de 2012

TODO


Y no dejará de sonar esta canción en mi cabeza; al menos no esta noche. La letra absolutamente perfecta junto a la voz de Iván Ferreiro se me meten debajo de la piel y me hacen estremecer...




Vuela, vuela, vuela conmigo,
cuélate dentro dime “chico”,
dame calor, sácame brillo,
hazme el amor en nuestro nido.

No quiero nada, nada más,
me sobra respirar.

Sube, sube, sube conmigo,
déjalo todo, yo te cuido,
ven a Madrid, ten un descuido,
haz cosas mientras yo te miro.

No tengo miedos, no tengo dudas,
lo tengo muy claro ya.
Todo es tan de verdad,
que me acojono cuando pienso
en tus pequeñas dudas, y eso
que si no te tengo reviento,
quiero hacértelo muy lento.


Todo, todo, todo, todo,
yo quiero contigo todo.
Poco, muy poco a poco, poco,
que venga la magia y estemos
solos, solos, solos, solos,
yo quiero contigo sólo.
Solos rozándonos todo, sudando, cachondos,
volviéndonos locos, teniendo cachorros,
clavarnos los ojos, bebernos a morro.


Sueña, sueña, sueña conmigo,
escríbeme luego un mensajito,
dime hacia donde yo te sigo,
si tu te tiras yo me tiro.
 
No tengo miedos, no tengo dudas,
lo tengo muy claro ya.
Todo es tan de verdad
que me acojono cuando pienso,
en tus pequeñas dudas, y eso
que si no te tengo reviento,
quiero hacértelo muy lento.

Todo, todo, todo, todo,
yo quiero contigo todo.
Poco, muy poco a poco, poco,
que venga la magia y estemos
solos, solos, solos, solos,
yo quiero contigo sólo.
Poco muy poco a poco, poco,
que venga la magia y estemos
solos rozándonos todo, sudando, cachondos,
volviéndonos locos, teniendo cachorros,
clavarnos los ojos, bebernos a morro.


Dame, que aún te queda, dame un poco más,
dame que lo quiero todo.
Siento que cada vez más, tengo celos de todo.
Dame, que aún te llega y todo llegará,
dámelo sólo a mi solo.
Siento que cada vez quiero más.
 


Todo, todo, todo, todo,
yo quiero contigo todo.
Poco, muy poco a poco, poco,
que venga la magia y estemos
solos, solos, solos, solos,
yo quiero contigo sólo.
Solos rozándonos todo, sudando, cachondos,
volviéndonos locos, teniendo cachorros,
clavarnos los ojos, bebernos a morro.

Vuela, vuela, vuela conmigo,
cuélate dentro dime “chico” ,
dame calor, sácame brillo,
hazme el amor en nuestro nido.

sábado, 4 de febrero de 2012

Ice lips









Su voz retumbaba en su cabeza; demasiado saturada para
albergar cualquier cosa más, sin embargo, esa voz se abría paso a empujones.


Esa no sería la noche en la que se daría por
vencido.


Cuando dejó de notar el frío, cuando el
entumecimiento ya formaba parte de él y cada milímetro de su piel se azulaba, supo que era el momento
de comenzar a pensar con perspectiva.


Su entrada a lo que creyó el más perfecto de los
paraísos se convirtió rápidamente en el descenso más vertiginoso al peor de los
infiernos.


Dante estaría orgulloso.


La imagen de su sonrisa cercenada por la más dulce
de las torturas y su alma descosida y hecha girones por la mayor mentira jamás
contada comenzó a hacerle balancear su cuerpo de forma compulsiva.


Intentar definir lo que sentía en ese momento sería
la tarea de un loco, quizá ya le quedara poco para conseguirlo.


Y el recuerdo de sus besos gélidos le derrumbaron.


Ahora vuelve a caminar despacio, solo y quizá más
perturbado, sin un rumbo marcado.


Sin darse cuenta, sus propios pasos le conducen sin saberlo
ni pretenderlo a la puerta de su casa; de ella: la chica de los labios helados,
la que le encontró, le creó, le amó y luego le abandonó.


En realidad no le sorprende.





-Acabemos con esto de una vez…