El mundo de la banca, de las finanzas, de la bolsa, de los especuladores, accionistas e inversores y del dinero abstracto y volátil en general, es un mundo con un lenguaje propio, con unos códigos morales y un universo casi sectario al que pocos pueden acceder por nosotros mismos. El secretismo y el afán por hacer creer al ciudadano de a pie que es un mundo extremadamente complejo, es uno de los intereses principales de los que lo controlan.
La ignorancia siempre ha sido un arma de poder, y que las personas ajenas a este mundo sigamos siendo unos “econoignorantes” no sólo les beneficia y les permite hacer y deshacer a su antojo sin que casi nadie sepa que se traen entre manos, sino que además ante su hermeticidad y su impenetrabilidad los ciudadanos contestan con pasividad y preferencia por el analfabetismo financiero voluntario.
Pues bien, antes de ponerme a analizar el reportaje de Charles Ferguson quiero definir unos conceptos clave para romper con el desconocimiento y así aquellos que decidan verlo o leer mi comentario puedan entenderlo con más facilidad.
Regularización: conjunto de leyes aprobadas tras el crack del 29 y de la gran recesión que vivió Estados Unidos; no permitían la especulación y los bancos se configuraban como pequeñas sociedades.
Desregularización: A partir de los años 80 y durante el gobierno de Regan, comenzaron a cambiar las leyes de regulación de los mercados financieros, se permitieron las inversiones de riesgo con dinero de clientes, las especulaciones…lo que dio lugar a una crisis a partir de 1990 en la que pequeños quebraron por especular y perder dinero de particulares y los bancos supervivientes comenzaron a fusionarse en invertir en los derivados.
Derivados: son unos nuevos y complejos productos financieros que surgen a partir de la desregularización de los años 90 y de los avances en las nuevas tecnologías. Consiste en que todos los nuevos productos que salen al mercado no están regulados, se encuentran fuera de la ley, se podía especular con cualquier cosa volviendo a los mercados inestables.
CDO: “Obligaciones de deuda colaterales” es un nuevo producto financiero comercializable, que surge a partir del 2000 y que lanzaron los bancos para los inversores. Consiste en una mezcla de diferentes préstamos unos de riesgo y otros estables (hipotecas, coches, empresas…) que al juntarse parezca como algo seguro según las agencias de calificación.
Renting agency: “Agencias de calificación”, encargadas de calificar los productos y las empresas para determinar su valor en el mercado o la validez de las entidades.
Apalancamiento: es la relación entre el dinero pedido prestado y el capital propio del banco de inversión.
Permutas de incumplimiento crediticio: es un tipo de derivado que funcionaba a modo de póliza de seguro, para que aquellos que compraban CDO pudieran asegurar su inversión. Las empresas que los comercializaban recibían una prima trimestral por cada CDO y a cambio se responsabilizaba si se generaban pérdidas.
Hipotecas suprime: “las hipotecas tóxicas” consistían en que los bancos otorgaban unas hipotecas por el valor casi total de la casa a personas sin garantías de solvencia y si apenas entrada.
Situémonos en el tiempo; tras el crack de la bolsa de 1929 se tomaron una serie de medidas para que esa situación no se volviera a repetir: se regularizaron los mercados, se prohibió la especulación y las inversiones de riesgo con dinero de los clientes particulares. Esta situación duró hasta 1980, década en la que se dio el fenómeno de la desregularización, que supuso una ruptura total con todas las medidas adoptadas tras el crack; ahora se podía especular prácticamente de todo con todo. Con la llegada de las nuevas tecnologías llegó el boom de los derivados en los años 90, que suponían un mercado no regulado de 50 billones de dólares y un subtipo de ellos, quizá uno de los más peligrosos: los CDO se erigieron como el producto estrella comercializado por los bancos de inversión (cuanto más CDO vendían más ganaban) para legitimar estos CDO se precisaba de que una agencia de calificación les puntuara con una buena nota y así lo hicieron. Productos que eran basura, empresas que quebraban o que sencillamente no valían nada, obtenían una calificación de AAA, un sobresalientes que les abría la puerta a los mercados.
Algo muy similar se dio con las hipotecas, que se volvieron “tóxicas”, que se concedían a diestro y siniestro elevando el precio de la vivienda en un 194%, creando la famosa burbuja inmobiliaria.
Los bancos de inversión pedían más préstamos para comprar más crédito y crear más CDO y con el impulso que les otorgó en 2004 la SEC (comisión de bolsa y valores) que quitó todo el límite de apalancamiento, los bancos rápidamente alcanzaron un límite altísimo de éste quedando en riesgo de insolvencias.
AIG, una empresa aseguradora para productos de inversión, comenzó a vender de forma masiva “permutas de incumplimiento crediticio”, pero no sólo a inversores, si no también a especuladores; cualquiera podía comprar estas pólizas…y claro, al no haber ningún tipo de regulación AIG podía llenarse los bolsillos y no tenía por qué tener fondos propios por si acaso tenía que responsabilizarse de las pérdidas de sus asegurados. Los bancos de inversión entonces hicieron su jugada maestra: vendían CDO que sabían que eran basura, pero que gracias a las agencias de calificación obtenían la máxima puntuación y eran vendidas. A su vez compraban las permutas apostando que esa misma CDO iba a quebrar y así ganar dinero por las dos vías. Se enriquecieron de sobremanera pero contaminaron de forma irreversible el mercado.
En 2008 el mercado de las CDO se derrumbó, los inversores se arruinaban y AIG como ya todo el mundo se esperaba se declaró en quiebra y no puedo hacer frente a todas las indemnizaciones que tenía. Los bancos se quedaron con cientos de miles de millones de préstamos, CDO y bienes raíces (inmuebles) que no podían vender. Los bancos hipotecarios e inversionistas comenzaron a colapsarse y quebrar. AIG tuvo que ser rescatada por el Estado ya que si no cubría las pérdidas de sus asegurados todo el sistema económico financiero se hundía. Se entró en un estado de crisis. Las bolsas mundiales cayeron, el desempleo ascendió, la recesión se aceleró y se extendió al resto del mundo y todo lo que vino después, ya lo sabemos.
Quizá lo que no sepamos es que muchos de los causantes de que sus propias empresas se hundieran salieron con sus fortunas intactas a pesar de haber sido investigados por el gobierno, que los bancos actualmente están más unidos y son mucho más grandes que antes y que emplean a lobbistas que tienen muchísima influencia en la política para que presionen en su favor. Qué la industria financiera se extiende también a la educación con docentes que actúan como consejeros para empresas. Y que en la actualidad, aquellos que hicieron lo que les vino en gana, que orquestaron la crisis mundial, que nos hundieron; aquellos que no sólo salieron impunes sino mucho más ricos, son los mismos que ahora están intentando crear una “Ley de regularización y de reconstrucción económica” aunque en realidad no tengan ninguna intención de hacerlo…